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El marketing de las calles

        Apoyándose contra un poste de luz, un hombre, aún joven, vistiendo una camiseta de un equipo de fútbol, traspasaba prospectos a los peatones. Su cara somnolienta y la mirada baja contrastaba con sus dedos veloces pasando la publicidad.
         Me tomé uno de ellos: ¿Problemas con el amor?
         No sé si él podría ser capaz de solucionar mis problemas con el amor. Me gustaría preguntarle si sus problemas con el amor fueron solucionados, por supuesto..
      Con el pequeño papel en mis manos yo lo leí. Describía sobre las calidades de una adivina que se proponía solucionar los problemas o, por supuesto, mi problema con el amor. ¿Los tenía? Me pregunté. Pensando mucho, imagino que no. Creo en el amor y soy capaz de amar (es claro, según mis maneras; sí, soy capaz) y me faltaba solo alguien para amar. Pero amar, amar, yo amaba y amaría a cualquiera que mi quisiera. Es claro que me puedo convertirme en un apasionado. Por lo tanto, ni tenía problemas con el amor y ni nada semejante. Me faltaba solo alguien para amar.
        Seguí por la calle y veía en cada uno de los postes las soluciones para todo, esparcidas por manos rápidas y rostros somnolientos, solucionando nuestros problemas financieros y otros.
        En otro folleto, pegado en un poste, más peculiar había uno en donde sería posible traer la persona amada en pocos días. Pues, si los problemas con el amor sería la falta de alguien para amar, había encontrado la solución. En los mágicos siete días. En otro se anunciaba traerlo en tres días. Ese tenía más expertise y nada como el optimismo. Quizá una técnica mejor.
        En otro poste, la pregunta: ¿Usted tiene problemas de dinero? ¡Genial! Podríamos solucionar los problemas con el amor, encontrar la amada y el dinero para mantenerla. Eso de poste en poste. Quizá, en el próximo, el problema en donde encontrar la solución financiera se pondría en otro nivel.
     En la panadería recién abierta, alguien ofrece a los primeros clientes un jugo en la primera compra. O en el restaurante próximo hay una promoción increíble. Preséntate ese folleto y tendrás una cena maravillosa con la bebida incluida y un artista presentándose.
      Un lugar perfecto para llevar su amor recién. Pero él solo podrá llegar en tres días, no más. La promoción podría ser más allá y entonces podríamos llevarlo, quién sabe… Pero, no todo es perfecto.
        La solución en la panadería sería la mejor porque no habla un final para la promoción.
        Todo listo para caerse bien, ajustadas las soluciones en un poste, en donde recibimos los beneficios de una adivina o adivino.
        La mujer, el dinero y el lugar para irse: ¿Qué más falta?
        Solo las calles pueden tener eso. Es el espacio más democrático del mundo. Los distintos se mezclan, los deseos se encuentran y las soluciones del cotidiano se van apareciendo a cada esquina.
        ¿Problemas con los embotellamientos?

Origen de la foto: Foto de Patrick Tomasso na Unsplash 

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Nilson Lattari

Nilson Lattari é carioca, escritor, graduado em Literatura pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com especialização em Estudos Literários pela Universidade Federal de Juiz de Fora. Gosta de escrever, principalmente, crônicas e artigos sobre comportamentos humanos, políticos ou sociais. É detentor de vários prêmios em Literatura

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