Textos en español

El amor es ciego

        Si un negro acompañado de una blanca, una gorda de un delgado, un bajo de una alta y una joven de un viejo, o todos barajados, se van con las manos trenzadas a las calles; intercambiándose caricias; diciéndose cosas íntimas al oído el uno al otro; riéndose de cosas simples con las voces bajas; tejiendo planes, podrían algunos comentar, y lo creyeron otros, que no hagan parte de ese juego, que el amor es ciego. Pobre de ellos.
       En ese instante, el amor les contestaría que peor ciego es aquel que no quiere ver. Porque el amor tiene miradas diferentes, el amor es el que mira al interior de cada uno, y en el interior de cada uno de los amantes existe un mundo para compartirse, aunque no se mantiene en los que pasan, los miran, ajenos de ese compartirse. Porque los ojos del amor miran todo, a los que aman y a los que no aman, o no están en el nivel para amar y no lograrán verlo.
       El amor es ciego porque él se va a tientas por el cuerpo amado, como la ceguera en la búsqueda de un lugar seguro. El amor es ciego porque pasa por las barreras del prejuicio, con un modo único de belleza y no ve la diferencia que separa dos ciegos locos para encontrarse.
       El amor, como el ciego, se hunde en algo que no ve, como si fuera el encuentro del acaso, una química cualquiera que se disemina, se esparce por el cuerpo, no comprendiendo bien en lo que se colisionó, y, de repente, el alrededor se inmoviliza, busca comprender lo que está delante de él, que no piensa en huir de allí o rechazarlo, por el contrario, desea irse al fondo para descubrir que hacer con algo que adormece el cuerpo y el alma, y nos convierte en enamorados.
       El ciego busca mejorar y despertar los otros sentidos que tiene, el amor, en vez de eso, se desata de todo lo que hay alrededor y cerra los ojos buscando vivir en aquella oscuridad, que surge sorprendente callando las voces de la multitud.
        El ciego toma la mano del que le conduce. El amor toma la mano de la ceguera y comparte el placer de cada día.
     El ciego rechaza el obstáculo; el amor lo posee y lo abraza; el ciego busca llegar al destino seguro; el amor está listo para la mudanza, comprendiendo que nada más será como antes.
        El ciego llega al destino y cerra la puerta durmiendo en su mundo particular, en donde todo es familiar. El amor abre una nueva puerta y se deja zozobrar, rendirse al destino y a la aventura.
       El amor es ciego por muchos motivos: es un guion amante de la ceguera que lleva al otro ciego por el brazo; se aproxima a los seres que, sin pensar, se cuentan secretos el uno al otro, en momentos de ternura; cree que hay más valor a dos pájaros volando con las manos trenzadas que a un pájaro solo, triste y disgustoso.

Fuente de la foto: Photo by Julio Rionaldo on Unsplash

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Nilson Lattari

Nilson Lattari é carioca, escritor, graduado em Literatura pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com especialização em Estudos Literários pela Universidade Federal de Juiz de Fora. Gosta de escrever, principalmente, crônicas e artigos sobre comportamentos humanos, políticos ou sociais. É detentor de vários prêmios em Literatura

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