Textos en español

No sé lo que sé

        En una frase, decir que yo sé y lo que no sé hace que todo tenga sentido. En resumen, una de las grandes virtudes humanas es concluir que no se conoce todo, una actitud humilde ante lo desconocido. Y, a la vez, no quedarse menor ante el otro que parece conocer bien algún asunto y con sabiduría, y buscar el conocimiento.
        Muchas veces, el gran conocedor, lo que dijo conocer todo, también es sospechoso. Al final, si nos quedamos ante un asunto desconocido, la pregunta del que busca la verdad es: de dónde vienen los informes?
       La origen del conocimiento es el desconocimiento, porque si buscamos la origen de los informes para saciar nuestra sed, el agua deberá ser, es claro, cristalina, para que lo que busca el conocimiento no pesque en aguas sucias.
       El conocimiento viene desde muchas orígenes. Entretanto tiene que luchar contra la arrogancia, del dedo apuntándonos, por la imposición y conquistar con la fuerza de los argumentos esparcidos sobre la mesa, tomados en la medida de la necesidad del sediento.
         El que llega, sabiendo de su desconocimiento, se acerca de una manera curiosa, igual que un buscador de verdades. Se acerca muy cauteloso, porque no desea ser contaminado por yo no sé, y creer en la respuesta más sencilla y fácil. Es como una picazón que llega y nos da la gana de continuar deslizándose en las mentiras tan tentadoras. En medio de esas cosas están envueltas la vanidad, la madre de todos los pecados. La vanidad de no confesar que no conoce.
        Sin embargo, existe no lo sé, que es el desconocimiento. Existe el conocimiento envuelto en medio de falsos conocimientos. Él es la vergüenza que no desea ser lo que es: que no sabe. Los orígenes son sacados de no se sabe donde. Son apoyados por no se sabe, porque no importa lo que está escrito. Para eso, lo más importante a los que desean conocer es lo que piensa, siendo, en resumen, no oír las voces de la cabeza. Y a los otros, que sienten vergüenza por mostrar su desconocimiento, ante el otro, y demostrar que es el conocedor de todo, envuelto en la vanidad, crean teorías absurdas, incluso personajes inventados de la gente que no existe. Sus argumentos son que conoce a alguien que labora en un lugar importante, que tiene un pariente inventado que vive en lo más profundo de un lugar desconocido. Crea para mostrar importancia.
        En un mundo en alto grado de competencia, demostrar el desconocimiento es, ante todo, un acto de valentía. Otra actitud valiente está en los que demuestran la sabiduría que se apoya en total vacío. Decir yo sé es más fácil que decir yo no sé. Es mejor, pero apoyado en la nada. El personaje arriesga en la vergüenza que es mayor cuando acompañada por el desdén que provoca. Se cae en el ridículo y se convierte en el personaje de bromas en las conversaciones.
        Yo no sé que sé o yo sé lo que no sé es la encrucijada que define el ser humano. Buscar el conocimiento es laborioso, pieza exótica, porque dominar todo el conocimiento es imposible.
     El sofisticado en yo no sé es tan grande que el supuesto conocedor es capaz de inventar números y estadísticas mágicas tomadas de un origen inventado y falso. Cuando alguien es sorprendido en la mentira la culpa está en el otro, en el que le desconcierta, y por lo tanto le acusa con ofensas. Es como utilizar libros como un arma física y no leerlos para buscar el conocimiento.

Origen de la foto: Photo by alevision.co on Unsplash 

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Nilson Lattari

Nilson Lattari é carioca, escritor, graduado em Literatura pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com especialização em Estudos Literários pela Universidade Federal de Juiz de Fora. Gosta de escrever, principalmente, crônicas e artigos sobre comportamentos humanos, políticos ou sociais. É detentor de vários prêmios em Literatura

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