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Mirándose a los ojos

          De repente, ojeamos los bares, las danzas en las calles, los autobuses, nos sentamos en una silla en un bar y nuestra mirada se detiene delante de otra mirada que nos parece estar deambulando por los mismos aires. Y ellas se encuentran, atraídas y no sabemos porqué. ¿Qué es esa ola que baila por los aires o una hipnosis que abarca todo?
         ¿Entonces nos sorprendemos? ¿Quizá entre asombrados y sorprendidos nos quedamos ser la razón de una atracción y, de repente, comprendemos que no somos los cazadores de miradas, sino la víctima o lo buscado, pensando que estamos escondidos y somos los únicos capaces de encontrar y captar la mirada de alguien?
           Somos la mariposa que se cayó, sin imaginar en su vuelo tranquilo, en las telarañas luminosas y brillantes de un cazador o cazadora que estaban escondidos en medio de otras miradas esparcidas a nuestro alrededor. Miradas que buscaban otras miradas que no fueron las nuestras.
          Quizá el rostro de alguien se ruboriza o la otra mirada se vuelve hacia el piso, porque fue atrapada en una travesura, sorprendida igual al voyeur irresponsable y displicente. Una mirada sin maldad, solo una mirada curiosa que deambula como la mariposa que no ve los peligros de la noche misteriosa y seductora.
        A veces, la mirada se vuelve cuando sorprendida en su curiosidad. Y nuestra mirada, entonces, se pone igual que un cazador y persigue a la otra, sabiendo que la rueda va a girar y van a encontrarse. En esta hora una sonrisa se dibuja en el rostro, una palabra entrenada, y la preparación para saltar al espacio desconocido.
           Sin embargo, la supuesta caza que es sorprendida en su curiosidad no sabe explicar que aquella mirada no es más que una travesura de los ojos mientras deambulaba alrededor. Que no es sujetada a nadie que se acerca a ella, solo tiene el derecho de mirar a quienes desea, o algún lugar envuelta por la curiosidad de conocer el mundo.
         Mirándose a los ojos es un problema para aquel que huye de la lucha que no desea. Pero es fuego que se esparce, que se queda aislado del ruido a su alrededor. El mundo, de repente, parece detenerse para oír una voz que intenta adivinar. Nombres, deseos, aventuras que prometen cosas. Luchadores que van a encontrarse y desvelar, al final de todo, ¿qué miradas son aquellas venidas de lejos y cómo lanzas se encuentran y cruzan los aires, aguardando por promesas?
         ¿De quién es esa mirada que ahora intenta cruzar la distancia, mostrándose, deseando y amando? ¿Qué armas posee la mirada que se presenta para la batalla que va a surgir?
        Alguien va a levantarse para decirle a la otra mirada que el desafío está listo y solo hay las miradas que se acercan para conocerse, si las miradas son todo lo que ellos piensan que son.

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Nilson Lattari

Nilson Lattari é carioca, escritor, graduado em Literatura pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com especialização em Estudos Literários pela Universidade Federal de Juiz de Fora. Gosta de escrever, principalmente, crônicas e artigos sobre comportamentos humanos, políticos ou sociais. É detentor de vários prêmios em Literatura

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