Las mejores cosas de la vida

08/04/2022 Nilson Lattari

La gente, todo el tiempo, habla sobre las cosas de la vida, las mejores cosas de la vida. Las denominamos las mejores y, al final de todo, las llamamos cosas. ¿Qué cosas son esas que denominamos las mejores? Cuando, simplemente, las cosas de la vida no son cosas, objectos comunes, acontecimientos iguales.
Cuidamos de nuestras acciones bien o mal vividas como si fueran objectos comunes, cuando deberíamos conocer a su alrededor. Todo lo que vivimos y acontece en nuestras vidas son creaciones bien hechas o no, sin embargo son nuestras fortunas. Aunque acontezcan bajo condiciones difíciles o sean muy difíciles de conseguirlas.
Las mejores cosas de la vida no son simples. Acontecimientos buenos, felices existen para ser recordados. Las peores cosas de la vida hallan sentido como acontecimientos no memorables. Si son tratadas como enseñanzas se convierten en cosas mejores.
Si nuestros recuerdos nos llevan al pasado, aquellas cosas vividas se quedarán allá y no será posible reducirlas a una agrupación de cosas u objectos amontonados en un estante oscuro, dentro de una sala oscura. Y cuando miramos nuestros adentros ellos volverán a nosotros como las mejores cosas para ser vividas..
Cosas son objectos que tiramos al azar, sin cuidado. Las mejores cosas de la vida siendo buenas, no debemos ignorarlas y colocarlas en el estante común de una cosificación.
Cosificar nuestros recuerdos, los acontecimientos buenos es banalizar nuestras aventuras terrenales. Los mejores acontecimientos en nuestras vidas son esperanzas que nos llevan al futuro.
Acostarse en una cama para dormir y llamar a nuestros mejores recuerdos en el regazo de nuestros sueños para revivirlos bajo nuevas perspectivas que inventamos, estos no son cosas, son verdaderos tesoros que guardamos para recordarlos.
!Caracoles! Aquellas cosas que vivimos, las agradables que deseamos recordar y las ingratas que llegan a nuestra cabeza sin haberlo deseado. En este caso es la realidad, la tememos y aprendemos con ella.
Mantenga los mejores acontecimientos de su vida en los mejores lugares de sus recuerdos, aquella aventura que valora ser revivida, porque ella no es una cosa, o, al menos, una cosa cualquier para ser conservada con desprecio.