Hay un amor en cada esquina

      Las sorpresas que la vida trae pueden estar en las esquinas que doblamos sin darnos cuenta, alejados del mundo, llevados por nuestros pensamientos hasta mas allá, por las carreteras largas construidas por nuestra imaginación. Las sorpresas son las esquinas que el tiempo establece, y cuando las doblamos y encontramos otra mirada, llena de esperanza, que también las voltea, ése encuentro se concreta en una sonrisa que no es esperada por nosotros.
     Hay un amor en cada esquina, que puede ser un amor esperado o un amor que quiera ser encontrado. Cada esquina puede tener un amor para ser comprado, o un amor para ser vendido, escondido en un cuerpo desconocido, abierto a los placeres múltiples, o sólo para un instante de tristeza que nos gustaría ahogar. Puede estar en el fondo de un vaso de bebida que diluye nuestras tristezas, o puede estar en un beso dado sin creerle. Puede sólo ser una buena conversación, terminar en una fiesta en una mansión famosa, o en una vivienda pequeña y maloliente.
         En las esquinas los novios combinan sus encuentros y, finalmente, pueden abrazarse y besarse. Hay un amor en cada esquina, listo para ser recibido, ayudas cariñosas, una manta para protección del frío duro o la comida caliente combatiendo el hambre que alguien tuvo durante el día, mientras deambulaba por las calles, sin tener una morada segura.
       Hay una esquina para cada amor que tenemos. Puede estar en una reunión de apasionados por una revolución que está próxima, puede estar en la pasión de la multitud de personas gritando por más amor en el mundo, como si el amor, como ese que está en cada esquina estuviera listo para aparecer y mostrarse, aunque venga y sea recibido por una lluvia de piedras, o por las armas.
        Hay una esquina viviendo dentro de nosotros, donde guardamos nuestro amor para otro, para que no sea sorprendido. Y, cuando tenemos la confianza, finalmente lo traemos de la oscuridad a la luz de la calle, y lo revelamos, tímidos, para alguien, aquel regalo que tenemos.
      ¿Cuántas esquinas hay en el mundo, y cuánto amor deben tener? Las esquinas nos dan miedo, tenemos recelo y las miramos cuidadosos si podemos seguir por ellas. Algunas esquinas terminan en callejones oscuros, otras terminan en una calle amplia e iluminada. Recelamos encontrar un delincuente o, finalmente, un amor apasionado. ¿Quién, en las esquinas, va a aprisionar nuestro corazón amargado?
       Cuando el amor no tiene palabras, son como las esquinas poco iluminadas, cuando el amor está revelado, él sólo gira y mira, finalmente, la luna encuadrada. Las esquinas nos traen sorpresas del errante cuidadoso que camina, sin embargo las esquinas no son sólo vueltas. Y, para aquellos que caminan sin cuidado, sin tener la atención, sólo desdeñándolas, no perciben el amor a su lado.

Fuente de la foto: morguefile.com

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