Vacíos
Sentimos siempre un vacío dentro de nosotros, que nunca se llena. Algunos se ponen en el interior de este saco vacío con sus esperanzas, en la búsqueda por encontrar su fondo, o llenarlo con fantasías. Intentamos explicarlo en los escalones de las iglesias, en los libros, en el imaginario de las deidades, en nuestra vida engañosa. Y nuestros pensamientos se deslizan escépticos o esperanzados, en tiempos diferentes, sin importar nuestros deseos.
El vacío del hombre es vaciarse la energía del cuerpo, que se sostiene en la eterna pregunta: ¿Quiénes somos? ¿Dónde venimos? ¿Y para dónde vamos?
Estamos impregnados por fantasías, por fenómenos que no conseguimos explicar. Este vacío se llena, todavía, siempre con una nueva carga de la nada.
Somos los eternos seres dueños de las preguntas sin respuesta alguna. Estamos divididos entre aquellos que abrazan el escepticismo y aquellos que se complacen con lo divino. Sin embargo, somos siempre interrogaciones deambulando por el mundo.
Mientras los pequeños universos de nosotros intentan juntarse, agregar razones y sentimientos, nuestros vacíos se llenan de creencias, en la búsqueda por más humanidad, uniéndose por un sentimiento comunal, por una vida mejor, tan importantes para que no olvidemos que somos los mismos constructores de nosotros.
Vacíos son sacos que serán llenados o no. Pueden pertenecer a nuestra existencia para el ejercicio de nuestra humanidad, fuente de eternas preguntas sin respuestas.
Muchos llenan los vacíos con otros vacíos de fantasías, con explicaciones que no son explicadas, sólo son respuestas repetidas para preguntas eternas.
¿Por qué responder, por qué llenar vacíos? Vacíos son sacos llenados de aire que nos elevan, que golpean nuestro letargo. Son lugares de fuga, son conceptos necesarios, son existencias sin existir, son el no-ser.
Cuando llenamos esos vacíos, utilizamos la racionalidad que es la matemática de la nada, ecuación que no llega al final, dígitos conocidos y desconocidos que se extienden al infinito, pero siempre nos llevan más allá, por la búsqueda del fondo del vacío, en la esperanza por encontrar el final del problema.
No todo lo que se pregunta necesita de respuestas. El porqué de alguna cosa, de la tristeza, de la decepción, del éxtasis y del amor. Vivir no es llenar vacíos, porque vacíos son gotas de lluvia que caen y se evaporan, y aparecen para mojarnos.
Vacíos son sólo huecos que llenamos para comprender que la vida tediosa no es el motivo para vivirse.
Fuente de la foto: morguefile.com
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