Talento

05/02/2024 Nilson Lattari

Todos tenemos uno. Algunos consiguen mejorarlo y otros empeorarlo. Algunos tienen el talento merecido y otros no. Talento para hacer algo es como un regalo, una dádiva que recibimos cuando nacemos. Algunos tienen tiempo para desarrollarlo, otros no, sobre todo no es porque no desean, sin embargo porque el talento que tienen no permite que sobrevivan en un mundo de utilidades.
Esa utilidad está conectada con el capitalismo; en donde es útil lo que es posible ganar dinero. Y muchos tienen talentos, y son talentos que no son permitidos, a pesar de ser placenteros (¡Imagina que alguien va a salir de su casa todos los días para hacer lo que le gusta¡). Y locos son los que desean utilizar sus talentos, a pesar que la vida intentar someterles a otros términos.
En la TV o en el Youtube, no estoy seguro, durante las manifestaciones políticas en Brasil en 2014, fue registrada una charla de una mujer y su hija y dos jóvenes que discutían sobre profesiones. Conversaban sobre el que ellos, los jóvenes, estudiaban, algo en la área de humanidades. Cuando uno de los jóvenes le preguntó si su hija quisiera estudiar una área como la de ellos, la mujer dijo que su hija estudiaba ingeniería, una profesión útil.
Yo pensé que si algún de ellos hiciera dramaturgia, como un actor, posiblemente, la mujer podría decir que sería alguna cosa inútil, por supuesto. ¿Luego, esas personas que se van a los cines o teatros, gastan, inútilmente, su dinero?
Hoy en día, el gran talento es saber ganar dinero. Por eso, tantas personas, incluso famosas, están en la búsqueda de dinero fácil. Por lo tanto, el gran talento, el gran valor, la expertise de los influencers, que venden la idea de ganar dinero fácil, tienen el talento de la trampa, de el fraude y de la estafa.
Así como existe un público que gasta su dinero para ver los talentos inútiles actuando en un palco, los talentos están allí para hacer, valientemente, lo que les gustan. Existe otro público que imagina ser inteligente en el arte de ganar dinero que se convierten en actores para engañar a los otros. ¿No es una ironía?
El talento es constituido desde una redundancia, de provocar en nuestros adentros una gana de abrir la caja de regalos que recibimos y desarrollarlos a nuestro placer.
Muchas veces no aceptamos el talento que recibimos y no tenemos interés porque lo juzgamos inútil. Desde la perspectiva que no podemos ganar dinero con él. Nos convertimos en inútiles para nosotros mismos. Y nos convertimos en alguien útil para otros. Sucumbimos delante del talento de un desconocido y sucumbimos delante de alguien que es talentoso de mostrarse ser el mejor sobre todo en cosas inútiles. Muchos tienen el talento de convertirse en la fantasía, en el modelo para alguien. Y usar ese talento para sofocar sus propios talentos.
Es claro que lo que voy a decir es casi imposible. La verdadera revolución es lindar nuestras ganas por riqueza, comprendiendo la riqueza como algo excesivo. Garantizar un mínimo para el futuro, para poder encontrar tiempo para desarrollar nuestros talentos. Y, quizá, ganar dinero con él, mostrando que el verdadero talento no es copiar o intentar poseer el que otro, supuestamente, tiene. Sin embargo, demostrar que no necesitamos de los listos para vivir nuestros talentos.