¿Por qué ser escritor?
A mi me gusta hablar sobre mi mismo. ¡Cómo escritor, por supuesto! El escritor es, ante todo, un egoísta, egocéntrico y arrogante. Él piensa que su texto es lo mejor del mundo y cuando pierde alguna disputa literaria fue por injusticia. ¡Amo todo eso! ¿Porque si a ti no te gusta tu texto, a quiénes van a gustarle? ¡Nosotros, por supuesto!
Me quedo imaginando la perspectiva que la gente tiene sobre los escritores: personajes llenos de glamour, muy creativos, siempre divertidos y algunas veces príncipes fascinantes. Creame, nos es nada así. Sentimos las enfermedades, algunas veces no tenemos dinero, vamos al supermercado y a las tiendas, elegimos las legumbres, las frutas como si fuéramos grandes conocedores, al final de todo el escritor conoce las cosas. Pues es todo mentira, mentira porque la mentira es nuestro elemento de trabajo. Un escritor mente tanto, que algunas veces él mente sólo por vanidad y transforma esa mentira en una historia verdadera. Y él copia las ideas de otros, como tú puedes percibir.
Cuando tú lee una novela imaginas algún personaje que él creó, que al final son los propios escritores. Es casi eso, porque toda historia es hecha de mentiras mezcladas con verdades.
Si un escritor declara su amor a usted, crea, es verdad. Él hizo una declaración de amor única, sólo para tí. La creación es el material de trabajo, yo dice antes, y nuestro talento es un talento suficiente para hacer una para cada persona por la cual sentimos atracción. Y no la repetimos, creame.
Algunos dicen que los escritores tienen algún pacto con algún brujo o bruja, que les dicen en sus oídos las palabras o la historia completa. Algunos se quedan obsesionados y se cierran en sus dormitorios para escribir. Otros dicen que escriben veinte y cuatro horas por día o cosas así.
Mi bruja yo nunca la he visto. Siendo la verdad, la mayoría de las cosas que ella me dijo a mi me parecieron cosas de borrachos y sin ningún rumbo. ¡Me quedo imaginando alguien escribiendo veinte y cuatro horas por día! Yo duermo ocho horas, ayudo en la casa, me voy a las calles para solucionar problemas, tengo un trabajo para ganar dinero y, de repente, tengo una idea, simples así. Pero, en la mayoría de las veces no siento nada por días, y en mis adentros tengo una desesperación, una sensación que todo se fue, no sacaré ningún conejo de ningún sombrero de copa. Y nada ocurre.
Escribir no es una rutina, es un talento como cualquier otro. Como el jugador del fútbol y el actor que hace propaganda o actúa en algún palco. Hay días que son horribles y hay días increíbles.
Noventa y nueve por ciento de trabajo y uno por ciento de inspiración. La cuestión es transformar ese uno por ciento en algo increíble, escribiendo de una manera distinta las mismas historias que alguien desea leer.
Origen de la foto: Foto de Aaron Burden en Unsplash
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