Instruidos y desinformados
Cuando estudiaba en la universidad, un profesor nos dijo que al final de la trayectoria universitaria los estudiantes no saben si saldrán de ella graduados, informados o deformados. La broma provocó risas en la clase. Hoy, me quedo pensando en esa broma que se convirtió en realidad.
¿Nosotros pasamos el tiempo en la escuela o la escuela pasa por nosotros? La vida también puede pasar por nosotros o, simplemente, nosotros pasamos por la vida. Es como vivir en las instituciones y no experimentarlas y conocer qué ellas significaron para nosotros.
El diploma es el objetivo de muchos. Y, para muchos, tenerlo en la pared es una señal de conocimiento u ostentación. Así como tenerlo para siempre en un cajón, bien guardado y protegido y salir para vivir en la vida algo completamente distinto.
La vida académica nos prepara para una vida profesional, sino que la búsqueda, muchas veces, es por la remuneración financiera y, para pocos, la oportunidad de poner la vocación marchando rumbo al final feliz.
Eligir el dinero, la fama o lograr algo en la vida que sea amoroso y cercano a nuestros deseos es una búsqueda sin fin. Al final de todo, algunas profesiones non son deseadas por no ser útiles. Y esa utilidad que el capitalismo propone es un verdadero cementerio de vocaciones. No es común a alguien, en algún momento en la vida, abandonar todo para hacer lo que le gusta y poder realizarse igual que un ser que busca la felicidad.
Podemos dividir el universo de profesionales entre los graduados, informados o deformados, y ahora me acuerdo de la broma. Que podemos reducirlos a los instruidos y desinformados. Primero, están aquellos que no se satisfacen con el diploma en la pared y marchan rumbo al conocimiento, al estudio siempre eterno y continuo de desear saber más y más. Segundo, están los desinformados. Son aquellos que recibieron la instrucción y a ellos poco se les da y abandonan los estudios a causa de ser eterno y aburrido. Sino que imaginan que por tener el diploma los ponen en un nivel más elevado. No conocen la propia ignorancia.
Es claro que todos necesitan sobrevivir. Y la supervivencia también es una elección. ¿Cómo sobrevivir en el mundo? ¿Sobrevivimos haciendo lo que nos gusta o no? ¿Es posible hacer las dos cosas? Sí. ¿Y todos se quedarán felices? No. La culpa no es del estudiante, sino de la vida laboral en donde debe sobrevivir.
Entre las dos elecciones, el desinformado tiene más éxito que el instruido. El desinformado tiene más seguidores y el instruido pocos o nadie. La información provoca la soledad, porque mueve la gente de la realidad hacia un rincón en donde se busca comprenderla. El desinformado logra sobrevivir en las huellas de la desinformación porque lo que busca no provoca intereses y él es solo una perversión intelectual. La mentira es el objeto preferido del desinformado porque es fácil de decirla, esparcirla y causar rabia y desorden. La verdad, por otro lado, es un tópico aburrido también para aquellos que son graduados, aunque vistos como deformados pero son siempre informados.
Origem de la foto: Foto de Laura Kapfer na Unsplash
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