Finales felices
Fin, The End, C’est fini, Fim. En las películas, novelas, cuentos esas palabras representan el final de algún guion que nos entretiene durante minutos, horas o días. Ellas aparecen cuando una pareja, finalmente, se encuentra y los apasionados se besan, se abrazan después de largas batallas en la búsqueda de si mismos o de respuestas, al final de una aventura que parecía destinada al fracaso. Y, también, cuando Chaplin con sus pies abiertos balanceándose mientras camina hacia la puesta del sol. Del caballero solitario yéndose al encuentro de su destino y batirse en duelo.
Finales felices no terminan en si mismos. Cenicienta y Blancanieves encuentran a sus príncipes encantados y el beso final no significa que sus problemas terminaron. Para nosotros es cierto que sí, para ellos la vida continúa y, por ende, finales felices no terminan al final de una película.
Sino que los finales felices anuncian que la vida de pareja está sólo empezando, y encontrar la pareja perfecta no significa vivir la vida perfecta, entretanto.
Sin embargo, meditar sobre la vida, nuestros sueños, realizarlos es también un final feliz para cualquiera, incluso para nosotros.
La soledad, quedarse solo puede ser un final infeliz para el personaje malo, o el final feliz para aquel que vivió una vida desasosegada y, finalmente, encuentra la paz que siempre buscó, al descubrir la pareja perfecta que tiene en sus adentros. O cuando se encuentra un trabajo que nos da ganas de avanzar, nos da un poco de juventud en nuestro espíritu, nos da estímulos para continuar viviendo. Está también, cuando nos despedimos de un trabajo que nos disguste y salimos en la búsqueda de nuestros sueños.
Finales felices es cuando revelamos el secreto que guardamos en nuestros adentros, que nos cubrió con un manto de infelicidad, y, finalmente lo traemos a la luz.
Finales felices no significan el fin. Pueden ser el descubrimiento de nuestra capacidad para ejecutar lo que siempre deseamos, y por temer aventurarnos o por alguna adversidad no lo hacemos. Finales felices es transformar nuestras vidas, estudiar lo que gustamos, no importa si será de alguna utilidad o no. Finales felices es mirar el espejo y reírse porque encontramos la paz. Finales felices es despertar por la mañana y saber que no tendremos nada que descubrir y solucionar, sólo pensar en lo que podemos hacer de bueno en aquel día, para que el día siguiente sea mejor.
Finales felices es descubrir la verdad y no pensar que siempre tenemos la razón, pero estar listos para rehacer nuestros entendimientos. Que no seamos el personaje malo de los sentimientos malos, y que ellos no estén en nosotros, dejando que él gane el duelo en la puesta del sol.
Fuente de la foto: Photo by Ian Schneider on Unsplash
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