Entre la taza y el labio
Paladas de Alejandría dijo que “muchas cosas acontecen entre la taza y el labio”. Con ese pensamiento, la primera cosa que me ocurrió fue el universo poético entre la taza y el labio: la llegada del vidrio fino, el contacto, la espera no de una taza cualquiera, pero de algo distinto, que deja en la boca una palabra dulce, fina, elegante, que puede traer desde la bebida más simple hasta el veneno más amargo para callar una voz.
Ese espacio puede ser el comienzo de una celebración, de alegrías, victorias, de un hecho, una fiesta cualquiera que traen risas para los que empiezan a beber. Puede también ser el infortunio, la desgracia, la pérdida de esperanzas de un amor para siempre. Puede ser el veneno que va a terminar con una vida entera, llena de desilusiones para ella misma y parar el mundo. La bebida y la taza son de los borrachos, de los suicidas, de los elegantes, por supuesto, para todos.
Ese espacio poético es grandioso y, a la vez, asustadizo. Su imagen es sólo la silueta de la taza y de la boca abriéndose para recibir el liquido. Como una pareja inseparable, lista para pelearse por el espacio de la poesía. A la taza la tarea de brindar, ser besada por la boca seca y caliente del borracho, del pícaro social o, simplemente, de alguien que vive una buena vida y no tiene nada más para desear del mundo. De aquel que se sienta delante de una chimenea, de un porche y deja la imaginación irse hacia la nada.
También esa taza estuvo a servicio del Maestro. Es la señal de la duda del hijo de Dios delante de una misión a su cargo. Él pide a Su padre que pueda rechazarla y que no se le conduzca hacia la muerte.
A ese labio divino se juntó una taza de los que lucharan contra las dictaduras; los mártires mortales. Esa bebida ácida y avinagrada.
Al final de todo, muchas cosas acontecen en el pequeño espacio que existe entre la taza y el labio. Poéticamente perfecto.
A los poetas es donde buscan la inspiración. A los creadores de historias, una taza es mayor que fortunas. Es estar bebiendo un liquido caliente o dulce de un bello vino que la inspiración llega a los labios y, por las manos del artista, se transforma en un hablar interminable.
Origen de la foto: Foto de Alfonso Scarpa en Unsplash
SUSCRÍBETE PARA NUEVOS POSTS
Views: 5