El sábado
“Hoy es Sábado, mañana es Domingo”. Así lo dijo un poeta brasileño, Vinícius de Moraes. Y el Sábado para mí, también siempre fue mágico. Para el poeta, que bautizó su poema como “El día de la Creación”, porque todos los males y beneficios fueron creados en el Sábado. Para él, ante todos los días de la semana, el Sábado representó algo distinto.
El Viernes por la noche es cuando podemos programar el primer encuentro con la última enamorada. El Sábado siempre fue el momento que los recientes enamorados si ven después del primer encuentro en los Viernes. Es cuando se van a la playa o se encuentran bajo la luz del sol en una caminata. El sábado es cuando continuamos en medio del final de la semana.
Después del Sábado tenemos el Domingo, el final de la semana, el día de juego, el día de visitar la familia, almorzar con los amigos, etc. Pero, el Sábado no es así. Es distinto.
También para mí, las mañanas del Sábado, por ejemplo, representaban salir de compras, las tiendas abiertas hasta el mediodía, para poder comprar una ropa nueva, un zapato más elegante para el matrimonio de un amigo por la noche. O ir al cine temprano para aprovechar el tiempo y terminar la noche en algún bar.
“Al final de todo porque es el Sábado y mañana es Domingo”, continúa el poema. Como si fuesen Romeo y Julieta, funcionando como una pareja, el Sábado no sería el mismo si no fuera el Domingo. Un descanso antes de los Lunes, el día de trabajar.
Como he dicho, el Sábado fue el día de comprar cosas nuevas y ver las cosas, las novedades. No siempre para encontrar la nueva enamorada, pero alguna cosa para hacer y transformar el Sábado en alguna fantasía, una aventura y, por supuesto, la espera por el Domingo.
Algunos dicen que en la vida todos los días deberían ser como los Viernes por la noche. Para mí, la vida podría ser como los Sábados. El nombre sueña distinto. El día de ser perezoso, el tiempo para pensar en la vida y no tener que trabajar. El día de no hacer nada o el día para intentar hacer todo lo que no pudimos hacer durante la semana.
El Sábado, para mí, siempre fue bienvenido.
Es cuando él es soleado y mejor. Una otra pareja: el sol y el Sábado. ¿Lluvia? Quizá para los Lunes. Una otra manera de demostrar que el Sábado se fue llorando.
Origen de la foto: Foto de Victoria Berman na Unsplash
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