Y si llegar lo nuevo
Entrar en una sala donde nunca se ha ido; arriesgarse a pintar con un color diferente la pared de su casa, cuando el blanco estaba tan confortable. ¡Imagine! ¡Cambiar de barrio, de ciudad, de país! Lo nuevo es entrar en un bosque desconocido. Sin embargo, lo nuevo, también, es caminar por las arenas de una playa desierta, donde sólo sus pies sean los únicos testigos de la presencia humana, y sus ojos se procuren peligros que puedan existir. Recibir el nuevo aparato que se necesita de instrucciones para operarlo, entrar en las aguas límpidas de un río y nadar en su transparencia.
Lo nuevo nos asusta porque es una frontera desconocida. Lo viejo y lo habitual nos dejan confortables.
Lo nuevo, también, se revela cuando nuestros pensamientos se abren y sucede una nueva experiencia. Son los laberintos de nuestro cuerpo descubriendo nuevos olores, nuevos sabores, excitaciones.
Probar lo nuevo como si fuera un aprendizaje, como si fuera una alfabetización que perteneciera a otro mundo.
Así son, también, los proyectos de la humanidad. Grandes cambios sociales surgen para nuestra experimentación. Si hay un trastorno por la existencia de lo nuevo en las pequeñas cosas, avanzamos, sabiendo que hay la posibilidad de retornar a lo viejo viejo.
¡Imagínese caminando por nuevos senderos sin perspectiva de retornar a lo inicio! Destinados a vivir en otro planeta, empezar una historia nueva, sin que pudiéramos volver a la vieja Tierra azul.
Los cambios en las sociedades suceden así, trastornados, confusos, haciendo experimentos, llenos de esperanza. Para aquellos que están hundidos en un pensamiento común, que mantienen a la sociedad cerrada en patrones morales, lo más seguro es no cambiarla, porque en lo viejo se puede manipular a la gente, y se tiene, por eso, miedo de cambiar a lo nuevo, y se tiene miedo de no manipular más al otro y si se señala una revuelta la arrestan para continuar en el comando.
Estamos seguros cuando nos decimos que los que tienen más miedo son aquellos que poseen demasiado, sean bienes o poderes, y la única arma es diseminar la mentira, el desorden y, también, procuran incitar y contaminar todo. La lógica es perfecta cuando alguien tiene una gran riqueza e incentiva a los que no la tienen a pelear por ella. La pregunta es: ¿Quiénes van a perder para ese futuro ganador? Sólo para los prójimos, igual a ellos, nunca para alguien que esté arriba en la escala social. Y por eso creamos seres más cobardes, y, de manera engañosa, esperanzados.
Las sociedades que intentan el cambio parecen confusas. Los caminos de lo nuevo son vírgenes, son originales, nunca se han vistos. Y para aquellos que no se entregan y no desean la diferencia, es necesario sabotearlos; primero con la fuerza, después con las mentiras.
Pero la presencia de las cenizas no elimina la posibilidad del retorno del fuego.
Fuente de la foto: morguefile.com
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