Vieja compañera
Existen momentos secretos cuando la noche llega y nuestra cabeza no se acomoda en la almohada, y ella, vieja compañera del viaje nocturno, con su funda, seca nuestras lágrimas o, cariñosa, recibe nuestra sonrisa de victoria. Y también nos hace sentir protegidos tras una aventura echada a perder.
La noche con su sábana oscura es el comienzo de una película muda dibujándose en nuestra mente. Somos héroes en las historias inventadas, recordamos el pasado, lo rehacemos, reímos escondidos, lloramos lágrimas agrias de arrepentimiento o pedimos al mundo que pare porque deseamos bajarnos de él.
Lloramos, nos arrepentimos de algo y prometemos que por la mañana reparamos nuestros errores. O nos organizamos y pensamos cómo enfrentar el desafío de donde no podemos huir. Entonces, estrategias aparecen en nuestras mentes. Un juego de ajedrez mental nos mantiene despiertos agitando sus piezas en el aire.
La vida se paraliza en la noche. Nuestra cabeza puesta en el confesor nocturno nos ampara en su regazo, nos trae el incómodo, se nos quita el sueño y la posibilidad de olvidarse de todo, oyendo el sonar del reloj avanzando hacia el amanecer.
Mantenemos nuestros ojos abiertos igual que luceros envueltos por la oscuridad, interrumpida por los ruidos escondidos de la casa, el sonido del grifo roto que estuvo escondido durante el día ruidoso, el sonido de los vecinos moviéndose, hablando entre ellos, un golpe de puertas a lo lejos, el ladrido de algún perro perdido en la calle en la búsqueda de un lugar para dormir también.
La vida es una contienda sin reglas, y la compañera nocturna, la almohada, olvidada durante el día, nos recibe con sonrisas o lágrimas y seca nuestra alma, nos excita, compañera en la victoria o en la pérdida, consejera que busca la mejor salida.
Vieja almohada de fundas limpias y suaves, compañera de viaje en el tren nocturno, confidente que guarda en sus espacios el olor, los hilos de cabello de los amantes que temprano salieron y nos dejaron sus recuerdos.
Un día ella se volverá vieja y dura por soportar nuestros dolores, y en su lugar habrá una nueva compañera, lista para oír nuestros ensueños y reparar nuestros engaños.
Fuente de la foto: Photo by Taisiia Shestopal on Unsplash
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