Textos en español

Para ser feliz

        Las manos temblaron en la máquina del tiempo cuando él abrió la carpeta de papeles y vio una carta perdida. La carta contenía un recuerdo, un juguete de niños, en donde había escrito a sí mismo en el futuro.
         Habría cobros. En realidad, siempre la buscó como si tuviera en sus palabras algo que pudiera hacerse en el futuro. Sin embargo, nada que pudiera tomarse en serio.
       El papel amarillento a causa del tiempo en las manos(¿Cuánto tiempo? ¿Quince, veinte años?), él pensaba en no abrirlo con el viejo pegamento avergonzado resistiendo a sus esfuerzos y peleando por estar nuevamente delante de sus antiguos sueños; tonterías de niños, cosas sin sentido.
      Tenía dieciocho años cuando decidió cobrar a sí mismo en un futuro aún inexistente y majestuoso, pidiéndose grandes acontecimientos y grandes aventuras. Grandes deseos y poco sufrimiento. Pedía un futuro brillante y astuto a garantizar una vida dorada.
          Es claro que él sabía lo que estaba escrito. Sin embargo, cuando empezó a abrir el papel él se iba dibujando en la mente lo que había propuesto a sí mismo en el futuro.
        “Gran Señor de cincuenta años. Espero que estés muy feliz y cómodo en nuestra casa leyendo lo que hubiéramos acordado. Que tengamos mujer e hijos deseándoles futuros mejores que los nuestros. Que nuestra vida sea brillante como Ingeniero Químico. No te mantengas en recuerdos pasados, sino a la vida moderna que vives ahora. ¿Los coches vuelan? Que tengamos uno o dos, o tres para toda nuestra familia. Que hayamos conocido muchos países que han llenado nuestra casa de recuerdos y memorias. Dile a la maestra que conocemos que somos vencedores y que la hayas encontrado y dile que, finalmente, fuimos más allá. ¡Ah! Que tú encuentres a Mariana y le digas que conseguimos mucho más que Celso el tonto que la tomó de nosotros.
        En ese futuro, ¿qué nosotros tenemos delante de nuestros ojos? ¿Finalmente una guerra o la paz mundial, el mundo posible, o el mundo que ya no es más posible cambiar? ¿Habrá una sociedad perfecta con posibilidades para todos o estaremos en la barbarie, aunque envuelta en fantasías, encubierta por la mentira? ¿Qué seremos?
        Que tengamos suerte en la vida, mucha suerte y que hayamos hecho nuestros caminos y que la vida no haya sido demasiado dura con nosotros. ¿Tendremos enfermedades, cuando estés leyendo esta carta? Espero que no. ¡Cómo sería bueno que pudieras responder esta carta y decirme cómo no hacer cosas malas! No sería injusto con los demás, sólo podríamos defendernos, por supuesto.
          Es rara nuestra manera de charlar. Escribimos a nosotros y solamente las respuestas se quedaron inmovilizadas en el tiempo, al igual que las preguntas. Por favor, asómbranos.
Saludos”
          Mi pasado, ¿cómo me gustaría responder tu carta?. Pero no es posible. Sólo me gustaría de decirte que la mejor caminata no es aquella que llega hasta su final, sino la que nos permite mirar a los lados y retener en la memoria a las personas y las cosas que vemos y vivimos.
       Logramos casi todo y Mariana a mi lado sonreí. No, no somos ingenieros, tenemos hijos y los coches no vuelan. La única respuesta que puedo darte es que nuestros objetivos fueron alcanzados. Ellos son un poco distintos, pero solamente en las cosas materiales y en los amores. No. La gran respuesta está en la caminata. No construí nuestro futuro como imaginamos. Él fue hecho de grandes historias y, principalmente, de grandes desilusiones. ¡Y cómo ellas nos enseñaron!
         El miedo, ese gran destructor de sueños, en realidad, es el motor de la vida. Él nos hace negociar, pero es peligroso y nos hace también más valientes. Tú dijiste sobre el futuro, pero no habló del miedo que nos impide avanzar. La felicidad es la consciencia de nuestros propios límites. El miedo nos da los límites y, a la vez, nos mantiene en la carretera, trayéndonos nuestros límites en la felicidad posible.

Origen de la foto: Foto de Tim Mossholder na Unsplash

SUSCRÍBETE PARA NUEVOS POSTS

Views: 8

Nilson Lattari

Nilson Lattari é carioca, escritor, graduado em Literatura pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com especialização em Estudos Literários pela Universidade Federal de Juiz de Fora. Gosta de escrever, principalmente, crônicas e artigos sobre comportamentos humanos, políticos ou sociais. É detentor de vários prêmios em Literatura

Obrigado por curtir o post