Nuestras diferencias
Todos, o al menos casi todos, deseamos ser diferentes o hacer cosas distintas de todos. Me explico. Algo en nuestros adentros desea ser el que logre algo distinto, diferente, sea inventando algo raro o comportándose de un modo que la gente se impresione. Es como estar en algún escaparate de una tienda, y ser un ejemplo que todos intentan seguir – de ser admirado. Creo que esos pensamientos cruzan la mente de casi todos. Y no veo nada que pueda ser censurable en ello.
Es como soñar con un objetivo, hacia un norte. Trazar nuestras metas, imaginar caminos, enfrentar obstáculos y, finalmente, alcanzar ese punto deseado.
Si imaginamos que la vida es como un negocio, el secreto es el mejor arma que tenemos. ¿Así puesto, debemos revelar nuestros sueños a los demás y lo que deseamos ser y también nuestros objetivos? Algunos creen que compartir nuestros sueños es atraer la envidia de los demás y, por supuesto, nuestros objetivos serán destrozados, no van a realizarse. Luego, vamos a culpar a los demás el origen de nuestros fracasos.
Si hablamos del secreto de un negocio, podemos decir que es la clave de las diferencias entre nosotros. Sueños existen para ser soñados y no para compartirlos. A menos que esos sueños pertenezcan a una empresa que nos gusta trabajar, a un grupo de amigos que amamos o a una sociedad, un país donde vivimos.
Los mejores sueños, entretanto, son los que vivimos individualmente. En ese caso, son sueños con secretos que solamente nosotros los conocemos. La estrategia para alcanzarlos es el secreto de nuestro negocio.
No, no hay posibilidad de alguien lanzar un rayo desde su mente para destrozar nuestros sueños. Existen los que creen en eso y piensan que el secreto sea la razón para silenciar, que sea la estrategia hacia el éxito.
Nuestro secreto o nuestra diferencia es tener una idea cualquiera que llega a nosotros, y no sabemos la razón, igual que una epifanía y encontramos los atajos para hacerla realidad.
Ese secreto es encontrar las oportunidades y no rechazarlas. A veces, ellas están escondidas o delante de nuestros ojos. Otras veces en las palabras de los demás, en las páginas de algún libro o en algo que vimos pero no lo comprendemos. Ese es el gran secreto de un buen negocio; ver lo que nadie, supuestamente, más ve. Es como engañar a la mala suerte y fingir que no pensamos en ello pero lo tenemos siempre en nuestros pensamientos.
El verdadero secreto es saber lo que nadie sabe. Los perezosos o los que solamente imitan o siguen a los demás nunca conocerán lo que nadie más sabe. Porque la búsqueda es aburrida, es laboriosa y algunas veces arriesgada. Sin embargo, para hallar la piedra más preciosa es necesario buscarla en donde ella esté.
Para conocer lo que nadie sabe es necesario leer en donde nadie desea leer, irse hacia donde nadie le gustaría irse y sentir lo que nadie desea sentir. El secreto de nuestro negocio y lo que nos hará distintos es levantarnos, caminar y buscar. Ningún negocio nace de la inercia, es necesario invertir en uno mismo para que los sueños florezcan.
La gran diferencia es cuando sabemos de las cosas y vemos a los demás hablando de lo que no conocen.
Origen de la foto: Foto de Igor Omilaev na Unsplash
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