No es solamente del pan que vive el hombre
El hombre necesita del pan para alimentar su cuerpo. Pero, nos es solamente del pan que él necesita. Él también vive del alimento del arte, de la mirada y de las ganas por sobrevivir.
¿Cuál es el que, delante de la persona amada, aunque desdeñe la poesía como si fuera arte menor, que a ella poco se le da, como un producto de las debilidades humanas, no se convierta a ella y haz promesas, comparaciones de bellezas, diciendo frases amorosas, inconscientemente, valorando su estado débil, el mismo que los poetas vivieron?
Cuando encontramos el amor, en el momento mayor, son las palabras de seres invisibles que escribieron en papeles dejados en las mesas de un bar, en las viejas páginas de un libro antiguo, que encontramos el alimento que tomamos dado por un artista de la palabra.
Encontramos las bellezas de los colores cuando ellos se juntan y forman una figura que no nos abandona y se queda en los recuerdos. Nos alimentamos de la organización de los colores cuando imaginamos nuestra casa, la mesa en donde trabajamos, nuestras ropas y como serán las cortinas. Un artista nos da la fina expresión de un pensamiento como un color y nos dijo, sin conocerlo, lo que puede estar junto o lo que debe estar apartado.
Las formas curvas, retas, tomadas con aires de maestro nos alimenta cuando miramos los paisajes con nuestros ojos bien abiertos. Sensuales en las ondulaciones o cuando razonamos para encontrar el camino más veloz hacia nuestro objeto de deseo. Esas cosas son dichas por los artistas de los números, en los dibujos incontrolables de los artesanos. ¡Cómo nos alimentamos de las cosas perfectas y de las cosas coherentes dichas por otros!
No es solamente del pan que vive el hombre porque el alma no se alimenta de cuerpos vivos y de la materia. Nuestra alma se alimenta del frescor del mundo, de las ideas nuevas y de los proyectos que soñamos. De lo que hacemos y de lo que no hacemos, aunque las decepciones de nuestra alma la valoren y, más fuerte, esté siempre lista para avanzar hacia el futuro.
Nuestra alma se alimenta de la energía que es dada por otras almas, otros seres; nuestra alma se alimenta de lo que aprendemos, de lo que enseñamos, yendo y viniendo al gusto del flujo temporal, la sangre corriendo más veloz, energía alimentada por las motivaciones y por nuestra historia.
Origen de la foto: Photo by Wesual Click on Unsplash
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