Nacer mujer y convertirse en mujer
Nacer mujer y convertirse en mujer, en palabras de Simone de Beauvoir, se toma un sentido más grande y amplio. Es el encuentro del artículo con el adjetivo. Nacer con un sentido de uso y vivir con un sentimiento de admiración.
Una mujer no nace como un artículo de lujo, dispuesta a ser usada o para cumplir funciones determinadas y siempre lista para hacerlas, apartada del mundo, enclaustrada como el artículo.
Una mujer nace un ser humano para ser colmada con todos los adjetivos. Y si es un artículo, es un artículo indefinido, un libro abierto para nuevos escritos y descubrimientos. Como algún viajero que llega a una ciudad y se dispone a conocerla. No está determinada para estar expuesta en un escaparate. Ni a ser decorada para que alguien desee comprarla o ser vendida al mejor precio. Un artículo no tiene deseos, no tiene voluntad, pero un adjetivo los tienen. Y ese artículo se agracia a sí mismo los adjetivos que desee y nunca debe ser adjetivado por nadie. Él se define como alguien o algo que quiera, sea lo que sea. Una mujer tiene sus derechos y deberes, desde que ellos, los deberes, no sean determinados por alguien que intente ser su dueño.
Un artículo es lo que es, un adjetivo puede ser y estar donde quiera. Porque él si da cualidad, y para poder eligir lo que desea poseer o ser.
Muchos seres humanos se proponen a ser un artículo para ser consumido por un publico.
Otros se proponen a adjetivar el mundo. Adjetivos no son fijos, inmóviles, ellos son los que comandan. Ellos se organizan para organizar el mundo. Por eso, adjetivos tienen significados, y pueden ser positivos o negativos, o lo que sea eso.
“La reina del hogar” no es un adjetivo, él es, también, un artículo. El acto de tener hijos es una función, un artículo y la otra opción es un adjetivo. Entre esas opciones está salir del hogar y vivir la belleza del mundo, y no verlo desde la ventana, esperando la familia regresar a casa. Es no tener hijos y no tener la responsabilidad de habitar el mundo.
Somos y vivimos en sociedad, por lo tanto, somos compañeros, una sociedad dividida entre los hombres y las mujeres. Entonces no somos artículos entre nosotros, sino adjetivos y completamos el artículo de cada uno.
Así, mujeres se convierten en mujeres como los hombres en hombres, dueños del propio cuerpo y voluntades. Deben ser comprendidos como adjetivos por sus capacidades intelectuales. Deben tener voluntades y afectos por sus atisbos, y sus acciones son actos de amor venidos de sus voluntarismos y determinaciones.
Nacimos mujeres y nos convertimos en mujeres, hombres y nos convertimos en hombres, individuos y nos convertimos en personas, seres humanos. Y nos llenamos de humanidad, porque nacemos como páginas blancas y artículos sin definición.
Origen de la foto: Foto de Microsoft 365 na Unsplash
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