Textos en español

Mientras camina una mujer

        Después de que llegué al hotel de una ciudad en donde trabajé, quise conocerla mejor porque tenía algún tiempo libre y fui a dar una vuelta. Salí a las calles y me distraje mirando a la gente que caminaba entretenida en sus quehaceres, cuando una falda pasó por mi como si fuera una hada. Un pello perfecto y perfumado de una mujer me llamó la atención.
       Luego pensé: acanallado, un poco bribón es aquél hombre, como las chicas le llaman, que se encanta de ellas, que no puede ver una falda que pasa delante de sus ojos, luego en sus pensamientos se imagina poder tenerla.
       Y si ella tiene una sonrisa en la boca, piensa que es para él. Sino es posible que aquél día, ella, aquella falda, salió de su casa contenta consigo misma. Perdida en sus pensamientos a razón de sus victorias, feliz porque su cabellera está como siempre la deseó. Como si estuviera encantada de poner la ropa que más le agradó, sintiéndose más bonita delante del espejo que otras veces, o, simplemente, ha dado un adiós a alguien que le hizo mal, o que no supo acariciar a la perfección sus puntos más íntimos. Y la última cosa que pasa por su cabeza es encontrar a otro traste más aburrido o cascarrabias que a su ex.
     Le seguí por algún tiempo. Ella miraba un escaparate u otro, mientras me escondía detrás de objetos con el temor de ser sorprendido. Sin embargo, cuando miraba los aparadores por sus ademanes y gestos, me pareció sospechosa, como si estuviera, quizá, buscándome también.
      ¡Es difícil imaginar un ser que tenga tantos encargos! ¿Quiénes son las mujeres que salen de su hogar? La amante; la novia; la madre (de pequeños hombres y mujeres, todavía en formación); la aventurera; la solitaria; aquella que busca una compañía cualquiera, lista a encontrarse con sus dilemas; en la búsqueda de otro oído a su gusto o, simplemente, una falda graciosa en la búsqueda de sus soluciones y en sus adentros las emociones o otra ilusión.
       Y cuando desea ser una caza fácil, deseada por todos, aquel que se imagina conquistador, siempre listo para cazar, contando bravuconadas en voz alta en las salidas de copas con los amigos, sobre sus habilidades amorosas, no sabe, entretanto, que quién decide lo que es fácil o difícil es el otro lado. Claro, que los conquistadores piensan que aquel ser femenino es alguien lleno de debilidades e indefenso.
      Tuve dudas entre ir hacia ella o no. Para decirle palabras amables que dibujara una sonrisa en su cara. Luego aquella falda se envolvió a su alrededor, movida por su cuerpo o por el viento, y continuó su caminata.
      Les digo para aquellos que se creen seductores e imaginan que la victoria es cercana y resuelta tras sus coqueterías y las tímidas miradas femeninas… ¡Si imaginan, por supuesto, que conocen los caminos, atajos de fácil acceso de algún corazón, y que la supuesta presa se quedará a sus pies para darles cariños…! ¡Sólo en sus pensamientos esto se convertirá en realidad!
       Reflexionaba eso entre la multitud que llenaba la calle, mientras intentaba una estrategia para acercarme a ella, y luego mi objeto de deseo se deshizo en medio de la gente.

Fuente de la foto: Photo by Vladimir Yelizarov on Unsplash 

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Nilson Lattari

Nilson Lattari é carioca, escritor, graduado em Literatura pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com especialização em Estudos Literários pela Universidade Federal de Juiz de Fora. Gosta de escrever, principalmente, crônicas e artigos sobre comportamentos humanos, políticos ou sociais. É detentor de vários prêmios em Literatura

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