La pérdida del tiempo
A muchos no les gusta la pérdida del tiempo, durante esta pandemia. Aprendemos a contar el tiempo como si fueran números, un intercambio entre la vida que sigue y el tictac del reloj, siempre, inexorablemente, yéndose. El tiempo, así, pasa a ser contabilizado siempre al cerra el día, la semana, el mes y el año. Terminamos cada uno de ellos, realizamos nuestras pérdidas y daños y seguimos adelante.
Pero, no perdemos el tiempo, él está perdido delante de algunos acontecimientos en los cuales nos colocamos. La pérdida del tiempo no es dañoso para él, pero sí para nosotros. El tiempo no se pierde. El tiempo es una pantalla blanca que nosotros la llenamos. Perdemos la vida delante del tiempo, cuando esperamos por algo que venga a ocurrir que la convulsione, dándonos un rumbo. No tenemos que rivalizar en contra del tiempo, él es incansable.
El tictac del reloj nos muestra que, cada minuto en cual no hacemos algo a nuestro bien, resulta en una pérdida. Al tiempo no le gustan los lamentos. Al tiempo no le gusta que nos quedemos a la orilla de la carretera, viéndolo pasar. Y él pasa como el viento, invisible, y hemos de aprender a navegar con él, a volar con él.
Para algunos, salir a las calles, desafiando este enemigo invisible, es luchar contra la pérdida del tiempo. El tiempo tiene algo extraño y misterioso en su interior. Hay tiempo para todo: para sembrar y cosechar, para vivir en paz y luchar. El tiempo se da cuenta de todas esas cosas. La elección, sin embargo, es nuestra.
Podemos elegir perdernos en el tiempo o lograr beneficios en el tiempo. Las ganancias y pérdidas. No existe tiempo perdido, existe tiempo poco utilizado. Podemos dejar la ventana, lamentándonos por la vida afuera, o invertir en el tiempo que tenemos. Tiempo es oportunidad que no se perdió. Las ganancias en el tiempo están en las oportunidades que surgen. Aunque en una línea, leer un libro puede ser como ganar algo en el tiempo. La espera en una cita que no logremos un resultado positivo puede ser posibilidades de ganar experiencia, cuando charlamos con las personas alrededor y comprendemos en donde ellas erran o aciertan. Tiempo es la experiencia intercambiada.
Luego, no perdemos tiempo, perdemos el tiempo, perdemos la oportunidad de aprovechar el tiempo que tenemos para aprender más, enseñándonos más.
Algunos pierden el tiempo cuando se dan a esparcir mentiras por la web, y no les importa ganar posibilidades de construir un mundo mejor, más humano y amigable. No podemos perder el tiempo, porque él no es una mercancía que podemos comprar o vender. El tiempo es democrático. Es lo mismo para todos. Y podemos hacer con él lo que deseemos. Muchos se pierden en el tiempo haciendo cosas inútiles, inclusive robando el tiempo de otros. Necesitamos dejar que nuestro tiempo no sea para otros, y buscar no perderlo causándonos pérdidas y daños. Algunos, o casi todos, venden sus tiempos a cambio de valores. Aquellos que ven el tiempo como posibilidades, pueden vender su tiempo, y lograr experiencia para no necesitar más venderlo en el futuro.
Fuente de la foto: Photo by Jorge Franco on Unsplash
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