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La mirada de la belleza

        ¿Lo que provoca nuestra mirada, cuando giramos nuestros ojos hacia alguien que pasa, por un aroma diferente, por un sonido? ¿Lo que provoca dentro de nosotros, por instantes, por un rato; un timbre en la puerta; una sirena alertando sobre un peligro? ¿Lo que provoca nuestra atención? ¿Miramos por curiosidad, miramos por costumbre? ¿Y cuando miramos para un paisaje maravilloso; cuando miramos el cuerpo de otro; las lineas elegantes de una cara; cuando miramos para una belleza rara o, simplemente, miramos por primera vez algo que nunca hemos visto antes?
      Miramos con los ojos de la sorpresa, de lo sorprendente; algo que nunca hemos visto antes; o hemos oído hablar de su existencia, que, sin embargo, se hace concreto cuando lo tenemos ante nuestros ojos. Y como aquellos que apreciaron una estampa sorprendente muchas veces, ella se convierte en indiferencia; como para otros, es indiferencia nuestras sorpresas viendo la misma estampa, por primera vez. Pero, muchas veces, miramos porque otros miran también, porque algunas cosas se convierten en estándares: estándares de belleza.
        ¿Pero, lo que miramos, como belleza, es realmente belleza? Lo bello es una palabra tan común, tan utilizada, que a veces une o separa opiniones. Las bellezas, muchas veces, no fueron bellezas en el pasado. Fueron cosas comunes, que se convirtieron en bellas con el pasar del tiempo ¿Maduramos y miramos lo bello dónde no existía? ¿O intentamos, con el pasar del tiempo, transformar lo bello en otros bellos, para que tengamos en nuestro propio tiempo nuestra representación de belleza?
        La belleza está en el aire, en la búsqueda de lo que es bello y de lo que no es más, la belleza, lo que se mantiene, todavía, bello. La hay cuando rescatamos a los artistas antiguos; a las películas; a los paisajes urbanos; a los acontecimientos; a la gente vanguardista que ya mostraba el tiempo futuro, como algo grande que se mantenía solo dentro de sus pensamientos y no había sido descubierto.
         ¿Pero, por qué algunas cosas pasan por el tiempo, y, súbitamente, son redescubiertas, cómo si tuvieran vida nueva?
        Cuando la belleza que pasa delante de nuestros ojos, lejos de los patrones aceptados, coacciones de los medios, que se eterniza y que nos gusta, nos provoca, ella nos gusta no porque sea bella, ella nos gusta como fuente del placer.
       Es dentro de esa belleza que existe para algunos y no para otros; que nos cautiva o no; un contenido que se establece porque representa el placer, el placer de lo que podría ser si nos fuera dado; el placer de quedarse en algún lugar, de ser el único, de ser el primero, o por ser la primera vez; el placer de lo sorprendente; de lo que nos hace capaces de parar y pensar en lo que sería posible.
        Cuando giramos nuestra mirada hacia alguien que pasa, imaginando si sería posible tener todo el placer que podría darnos. Presente en el olor diferente. Aquello o aquella que oye lo que es sólo ruido, pero es música para nosotros; una explosión de fuegos artificiales, que nos da la placentera continuación de celebrar. Lo que provoca dentro de nosotros un sentimiento cualquiera, por un instante; un timbre; una sirena alertando sobre una aventura peligrosa, que vale la pena hacerla; lo que nos llama la atención en la posibilidad de tener algo. Miramos con la curiosidad del buzo, miramos por distraimiento y por picardía, miramos por mirar, simplemente, porque lo que nos parece bello, nos da ganas de poseer.
        Cuando miramos un paisaje maravilloso, cuando miramos el cuerpo de otro, las lineas elegantes de una cara, miramos para una fuente de placer, como el placer de tener alguna cosa bella, y nos quedarnos seducidos y deleitados como si todo lo que ocurre fuera la primera vez, creyendo que debemos arriesgarnos.
        Y miramos con los ojos del espanto.

Fuente de la foto: morguefile.com

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Nilson Lattari

Nilson Lattari é carioca, escritor, graduado em Literatura pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com especialização em Estudos Literários pela Universidade Federal de Juiz de Fora. Gosta de escrever, principalmente, crônicas e artigos sobre comportamentos humanos, políticos ou sociais. É detentor de vários prêmios em Literatura

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