Heróstrato
Usted, probablemente, nunca oyó ese nombre. Claro, los científicos de la cultura griega lo conocen. Y, para algunos curiosos, ese nombre va a recordarles que es de origen de aquella cultura. Al final de todo, no todos son idiotas, como si no conociesen nada. Y ¿Cuál es la ilación entre ustedes, Heróstrato y los idiotas? Ahora tenemos esta cuestión.
Heróstrato fue un incendiario griego que puso fuego en una de las siete maravillas del mundo antiguo – El Tiemplo de Artemisa. Un edificio grandioso, compuesto de más de ciento de columnas de puro mármol con la figura de Artemisa, hecha de madera, la diosa responsable por los nacimientos. Y en el templo los muebles del mismo material.
Heróstrato, nuestro idiota, tuvo la idea de poner fuego en el tiemplo, durante la ausencia de la diosa que estaba junto a la madre embarazada de Alejandro, “el Grande”. Por supuesto, es una leyenda. En este punto, Heróstrato, al final de todo será héroe o, al menos, será idiota para algunos. Ahora, tenemos ustedes o nosotros, como un plural afectivo, apartados algunos de nosotros, para ser más exacto y que no parezca idiotismo.
Cuando fue preguntado por qué él puso fuego y destruyó una de las maravillas del mundo, Heróstrato, el idiota, les respondió que le gustaría que la Historia le recordase, porque le encantaría ver su nombre registrado para la posteridad.
Delante de aquel idiotismo, las autoridades de aquel tiempo decidieron que Heróstrato, el idiota, sea borrado de los libros y registros para que nadie se acuerde de él. ¿Por qué sabemos eso? Quizá, alguien decidió romper con esa orden dada, juzgándola idiota, probablemente porque se sentía representado por él. Razón por la cual, le revivió para que conozcamos la existencia de un completo idiota.
Podemos deducir que un idiota, y eso fue comprobado por los griegos, siempre existieron. La diferencia es que algunos tienen el coraje de demostrar serlo. A veces fantaseo con la existencia de las redes sociales en aquel tiempo registrando, estupefactas, a Heróstrato, el idiota, mientras se saca un selfie delante del incendio y Artemisa poniéndose las manos en la cabeza desaprobando tal idiotismo. O entre los jóvenes que deciden sacarse selfies de sus traseros o en lugares peligrosos y terminan cayéndose al suelo y mueren. La gente que hace cosas extrañas mostrando cosas idiotas para seguidores de su misma condición.
Pienso en el mundo, hoy en día, en donde imaginamos ¿cuántos idiotas hacen idiotismos o los dicen para conseguir likes y mostrarse al mundo para hacerse famosos? Pienso que sacarse la ropa es una manera de ser idiota, o, al menos, aquel o aquella destrocen sus propias historias.
La existencia de idiotas es normal en una sociedad. Está demostrado que habían idiotas en aquellos tiempos. El peligro está en los seguidores. Que el sujeto diga idiotismos, haga idiotismos y exista. Eso es parte de la sociedad. No son exigidas intelectualidades. Al final, vemos personas que tienen diplomas y credenciales siguiendo órdenes idiotas y personajes del mismo nivel. Les siguen por interés o porque son, simplemente, idiotas en la búsqueda de un idiota que sea valiente para serlo y asemejarse a él. Un historiador revivió a un idiota con doble intención. Mostrar que el idiotismo pasa a lo largo de su tiempo o para alertarnos sobre lo que un idiota haría para hacerse famoso.
¿Y dónde están ustedes o nosotros? Si no se siente lo suficientemente idiota, sabe la respuesta.
Fuente de la foto: Photo by Dave Hoefler on Unsplash
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