Gratitud

        Ser agradecido a alguien o a algún acontecimiento en nuestras vidas debería ser algo común en todo los tiempos y en todo los lugares. Pudiendo siempre ser agradecido a alguien, ser agradecido a alguna deidad, en quien se cree, alguna convicción, religión, en creer con sinceridad, en creer que aquel regalo vino hacia usted, cuando somos todo lo que alguien quiere, eso ya nos transformaría en seres agradecidos por vivir.
         Gratitud no es tan común en nuestras vidas porque su llegada es siempre más que bienvenida, ella es la sorpresa, es la suerte por tenerla, imposible de hallarla volando por los aires.
Bienvenida es ella, y somos agradecidos, sinceramente, ni que ella nos sea dada por un rato, el placer que sentimos cuando nosotros somos queridos, amados, respetados, al final descubiertos de la invisibilidad del mundo.
        Venida por las manos de un desconocido, nuestra invisibilidad delante del otro desaparece. En este mundo donde vivimos fuera de la realidad y cercano del mundo virtual, la gratitud recibida, o la gratitud dada, se suma a algo mayor. Abre nuestros ojos para un mundo donde la humanidad, la convivencia con las personas es poca o ninguna. Acontecimientos como esos, que deberían ser la normalidad entre seres humanos, se transforman en situaciones raras, que nos asustan y sorprenden.
         Desde la amabilidad cuando alguien quiere darnos su lugar en el autobús, o por un aspecto de debilidad física, por la edad o simplemente protegiéndonos, son actitudes que no necesitan de agradecimientos por la atención, sólo un pequeño cambio de miradas, pequeños cambios de sonrisas, y son suficientes para revelar nuestra gratitud.
         No hay gratitud oculta, gratitud debería ser el sentido común entre nosotros.
       Sin embargo, la pregunta sería: ¿Qué hace usted sentirse agradecido? ¿Recibir alguna buena noticia; recibir alguna señal de justicia, que al final llegó; ver alguna mano aparecer después de nuestra caída; de alguna humillación o de algún acontecimiento dificultoso; ser acudido por alguien en el momento cierto? ¿Quedarse abandonado e infeliz y de repente una salida aparecer de lo nada, como algo enviado por un ser divino para ayudarnos? ¿Qué le provoca a usted sentirse agradecido?
        Hay momentos en la vida cuando la gratitud aparece. No es simplemente haciendo un favor para alguien esperando recibirla. La gratitud real es aquella sensibilidad para hacer lo correcto, viendo la injusticia y ayudando; la honestidad de reconocer los errores; no hacer maldades; renunciar para ayudar a alguien. La gratitud no viene de una persona en particular, la gratitud está en nosotros por tener la sensación de actuar correctamente, y si las cosas suceden como si fuera una cadena de errores, de alguna manera, lo que hace de nosotros, es nuestra gratificación.

Fuente de la foto: morguefile.com

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