¿Es posible olvidar?
Las mejores cosas en la vida no las olvidamos y las peores tampoco. Olvidar es un arte, es una fantasía. ¿Por qué no deberíamos olvidar los buenos momentos que vivimos en la vida y por qué deberíamos olvidar los malos? De aquellos momentos que nos avergonzamos, en los que nos sentimos humillados y quebrantados. De ser los últimos de los seres humanos en la tierra.
La memoria es una isla de arreglos, dijo un poeta brasileño. Cuando revivimos la memoria, los personajes, los colores y los paisajes se transforman. Y lo que imaginamos que podría haber ocurrido de bueno se convierte en nuevo formato para ajustarse a nuestros pensamientos. Y muchas veces, los colocamos en bocas que, quizá, en el mundo real no habrían dicho aquello.
Los descuidos, los malos principalmente, podrían tener una manera de corregirse y transformarse en no tan malos así. Sin embargo es imposible. Un malo empleo podrá ser una lección en el futuro sobre lo que no deseamos. La palabra que fue dicha en mala hora podrá ser corregida para que no sea repetida en el futuro. Ni en la hora errada ni en la correcta.
Una relación amorosa que fue mala, tóxica por un tiempo, cuando nos enamoramos por razones del corazón, siempre será recordada cuando llegue una especie de falta. Y la memoria sin ser corregida compara los malos momentos que fueron mayores que los buenos. Y, por lo tanto, no debemos sentir frustración o arrepentimientos, porque olvidar es no volver al pasado, es no rehacer algo que, si no funciona, no hay esperanzas de que vaya a ocurrir al contrario. Las diferencias son las mismas, conciliar relaciones, amorosas o profesionales, es negar y, al final para que todo se quede bien, alguien deberá sentir una culpa que no le pertenece.
Lo importante es no olvidar. Olvidar nos lleva a cometer las mismas tonterías de antes y a repetir los mismos errores. No. Olvidar es malo y recordar es bueno. Si el recuerdo es tóxico, debemos recordar que fue tóxico, que no va a repetirse más. A eso le llamamos experiencia de vida, madurez, frialdad, rebeldía en contra de nuestras debilidades.
La madurez es no olvidar, para no repetir los mismos errores. Volver al pasado y repetir los errores es inmadurez. La vida se va hacia el futuro y caminamos adelante, nunca al lado.
Vivimos buenos y malos momentos y al final, todos ellos nos transforman, con ellos crecemos. Y siempre que alguna forma de soledad nos llega, cuando no tenemos más una renta, por ejemplo, es el recuerdo que nos aburre e intentamos no olvidar y recordar. Pero cuando pensamos en el costo-beneficio, si vale la pena las horas de tristeza y angustia de hacer lo que no nos gusta, cambiamos una soledad inventada o una oportunidad de comprar lo que deseamos, pensamos en la tranquilidad de no sentir más tristeza.
Origen de la foto: Foto de Sander Sammy na Unsplash
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