Entre besos y abrazos
El espacio de un abrazo es mayor que un beso. Un abrazo abarca un mundo entero. El beso, oh! El beso es solo un encuentro de piel, en el rostro, formal, preciso, cauteloso, guardando distancias. El abrazo no. Él es democrático, puede estar en los amantes, en los amigos, el beso tiene sus limitaciones. Con un beso el Maestro fue traicionado y después nosotros juntos Le abrazamos.
El abrazo es la libertad, es el encuentro de cuerpos. Y para el abrazo no hay género, él está en todo lugar: Bajo las sonrisas; los saludos; las conversaciones, el beso no. El beso elige, el abrazo es acogedor.
En las peleas, los jugadores se abrazan después de un gol. Él es la unión, sentimiento de equipo. Él está en la alegría de dos amigos o amigas que se encuentran tras tiempo lejanos. El abrazo es un universo envolviendo el cuerpo. Él está en los encuentros familiares, es la manera de recibir nuevos compañeros.
Quizá, si a los jefes de estado en sus encuentros, cuando las manos se buscan, no falten los abrazos. Si se abrazasen, quizá no hubieran las guerras y celebrasen acuerdos. Demostrando que en los abrazos dejamos las tristezas al lado, los colores se mezclan y los géneros se encuentran.
Los amantes, en los momentos de cariño se abrazan más que se besan. El abrazo consola la adversidad, ayuda y auxilia en el dolor. El abrazo es que recibe el sollozo y es en el abrazo que celebramos la victoria, más que un saludo, el abrazo es cariño, más que cariño es protección de un padre que acoge al hijo que se perdió, y al hijo que los reencontró con las respuestas que siempre buscó.
En los abuelos y abuelas, los nietos se sienten protegidos por sus abrazos y sus cabezitas se deshacen de placer. Es también en ellos que los chicos y chicas se esconden tras sus travesuras.
Los abrazos están en las llegadas y en las salidas, como si fueran capaces de juntar puntas que están separadas, o que después de un tiempo se encuentran.
Existen los abrazos que vemos desde lejos, cuando el propio cuerpo se abraza y alguien más allá hace lo mismo y se siente confortado.
Desde lejos, los ojos brillan alegres cuando encuentran aquel o aquella que el corazón busca. Y es en los brazos abiertos que el amor se completa.
Origen de la foto: Foto de tabitha turner en Unsplash
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