El tonto y el sabio
No se si es el mejor título para el texto. No es simplemente comparar el sabio con el tonto, que es un asunto muy debatido. Es cliché. Sin embargo, percibimos acontecer en nuestra sociedad una verdadera ola de ignorancia. Así, no es la idiotez, pero el propósito de ignorar los hechos e intentar construir realidades que no existen. Realidades que solamente existen en las cabezas de los perezosos y de los que temen al otro. En particular, los que puedan desarticular peculiares visiones sobre el mundo promocionadas por la ignorancia.
El otro sería aquel que lee y busca las informaciones en reconocidos canales informativos como verdaderos y basados en hechos reales.
¿La primera actitud del ignorante no es combatir a los más cultos, a los más estudiosos, las universidades y a los científicos renombrados y dedicados? Algunos son también doctores con certificaciones honoríficas, pero detienen certificaciones vacías, son solo licencias y acreditaciones llenas de prejuicios e ignorancias. Y una de las particularidades de los ignorantes, sean analfabetos o no es exhibir una erudición que solo a ellos hacen sentido. Son arrogantes y envidiosos, en realidad, perezosos.
No notamos eso, pero esas actitudes vienen desde los tiempos de la escuela, en donde los más brillantes fueron calificados como raros y sufrían bullying, asedios y fueron ridiculizados. No por todos, es claro, pero por un grupo enemigo del conocimiento.
La ignorancia muestra su temor desde los tiempo de juventud. Fue y es la única manera de demostrar alguna superioridad por el lado físico e intimidatorio que es la intención de calar el otro.
La calidad del sabio empieza cuando se cala porque es amenazado y después se cala porque no ve ningún sentido en continuar una charla que a él nada va a sumar. Es como dar peras a los cerdos.
Así como la superioridad en otros tiempos fue demostrada por la fuerza física y por los silencios impuestos a los demás, cuando mayores, esos se transformaron en dictadores y productores de mentiras para alimentar su propia realidad.
Esa realidad es reproducida en todo el mundo. Es más fácil al ignorante transformar el mundo en una isla de fantasía que enfrentar la realidad, e intentar superar sus propios defectos.
El tonto admira y siente temor del que intenta ajustarse al mundo, absorbiendo todo el conocimiento posible. Los sabios cambian su manera de pensar el mundo mientras las realidades son transformadas. Un silencio es más incómodo que una reprimenda pública.
Al sabio solo tiene que reírse en sus adentros y colocar las palabras como un juego de ajedrez, que juegan antes del jaque mate. Luchar en contra la ignorancia es una lucha dura porque los enemigos son muchos.
El ignorante intenta mostrarse como a un sabio para confrontar el sabio que le ignora, porque el ignorante es un derrotado antes de que la batalla vaya a empezar.
Origen de la foto: Foto de Marta Esteban Fernando na Unsplash
SUSCRÍBETE PARA NUEVOS POSTS
Views: 13