El primer beso

11/09/2023 Nilson Lattari

¿Vamos a recordar nuestro primer beso? ¿Usted lo tomaste o te lo dieron? ¿te sorprendió, fue inesperado?
¿Cuántas inventivas existen en el primer beso? ¿Vamos a recordarlo?
Después de un encuentro de miradas, cuando las palabras no tenían más sentido, las manos se juntaron, el primer contacto fue nervioso, extraño, rozar la piel en alguien que no conocemos, sin riesgos y tenso. Un tipo de imán que fue atrayendo las miradas y los rostros se acercaron y dos faces se encontraron y un hueco se abrió y el piso se rompió y todo ocurrió.
Es magia, simplemente magia.
En un artículo que leí sobre las relaciones humanas fue dicho que el beso es algo recién. Los egipcios se encontraban sus rostros y no existía el contacto labial, por ejemplo. El beso nació de un misterio que lleva a dos personas mezclaren sus salivas y bacterias ignorando los peligros.
Y el beso es eso: una inseguridad, un trance. Y todo que es prohibido tiene su aroma, su encantamiento, su magia. Algo escondido sin testigos.
Sin embargo, existe un olor que ocurre en aquel instante, un olor que llega a las fosas nasales. Una mezcla de pecado y permiso. Un beso es rudo como el algodón, es deshacer los pétalos de una flor que se abre. Él es el encuentro de cuerpos pegados, es lo que existe, es el tiempo parado, es la esperanza por no terminarlo.
La magia del primer beso es que él nunca es el mismo. Él nunca es el mismo, aunque besemos el mismo amor a lo largo de los años. Él duerme en los recuerdos, la emoción lo retiene y por eso él es único. Para ser recordado como el primer, aquél beso.
Pues él tiene un significado. Él es la unión entre dos seres y, de repente, los dos no son más los mismos y se convierten en únicos. Comparten secretos, crean fantasías futuras, de proyectos y consideraciones. Él convierte dos seres en uno. Esa es la magia del primer beso: un acuerdo entre dos, el abrazo cómplice que marca el futuro. Él es la primera alianza entre dos amores.