El por qué de las lágrimas
Lágrimas existen para deslizarse libres por el rostro. Sin embargo, lágrimas existen, en particular, para ser parte de la Historia. No son lágrimas que nos determinan, lágrimas existen para determinar nuestro lugar en la Historia.
Por haber lágrimas en el rostro de nuestros padres es que supimos lo que fue un buen o un mal paso que dimos dado en la vida.
Es con las lágrimas de tristeza de nuestras madres y con las faces pálidas y amargadas de nuestros padres que han guardado aquel agua silenciosa, derramada en el escondite del cuarto, que nos damos cuenta cuanto les decepcionamos.
Y esa fue la razón de las mismas lágrimas que ellos derramaron igual que fuegos artificiales, celebrando nuestras victorias, seguros de que seguimos el camino correcto.
Siempre fuimos conducidos por esas aguas visibles, invisibles que nuestros padres, nuestros amantes y nuestros hijos nos dieron. Somos reflejados en ellas, aunque pequeñas, aunque sin poder vernos en ellas, pero, ellas, con certeza, nos ven.
No solo las lágrimas silenciosas nos miraban. Estuvieron, incluso, aquellas que se derramarán en el futuro por este mundo. Esas lágrimas producen nuestro carácter, nuestra cultura y nuestros pensamientos. Son lágrimas políticas, con sentimiento político, las lágrimas que derramamos por otros; los desconocidos.
Son las lágrimas de la Historia. De la Historia que convivimos en nuestra niñez, en la juventud, con inconformidad, cuando nos debilitamos delante de los acontecimientos que transformaron la vida de nuestros padres y de nuestra sociedad.
Estas lágrimas se quedaron en nuestras memorias, aquellas en donde vimos a nuestros padres llorar en silencio por lo que acontecía en el mundo, viendo los ojos de los derrotados y de los victoriosos en nuestra sociedad. A continuación de nuestras vidas, sin saber cómo, esas lágrimas fueron responsables y nos modelaron. Si no transformamos nuestras vidas a razón de las lágrimas fue porque no comprendimos su real significado.
Tras el internet, la Historia no será más la misma. No existen interpretaciones que crean versiones, los hechos están allí grabados, sin versiones, la Historia será siempre la Historia real, viva y revivida.
Las lágrimas estarán siempre en los rostros decepcionados o alegres, y tendremos que decidir cuáles son las verdaderas o las falsas, y no habrá interpretaciones. Los responsables por nuestras lágrimas no se quedarán olvidados en la basura de la Historia, y no podrán decir más que desconocían los hechos, y que nos olvidemos de ellos. Todos serán recordados por las lágrimas de otros.
El futuro nos dirá, no solo con las lágrimas de decepción, incluso lágrimas de alegría, por lo que dejarán. Serán lágrimas emocionadas derramadas por los soñadores o lágrimas rabiosas y revueltas por los que se quedaron ausentes.
Fuente de la foto: Photo by Luis Galvez on Unsplash
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