¿Cuánto cuestan los sueños?
Si pensamos con claridad, estoy seguro de que podríamos decir que los sueños tienen un precio. No es difícil soñar, los optimistas lo dicen y también los vendedores de sueños, proyectos, promesas de que la vida puede cambiar, ser diferente y por eso es solo soñar.
Si pensamos bien, no es tan simple. Los sueños tienen un precio porque están distantes de la vida cotidiana y buscan lo inesperado. Si no seguimos a la multitud que hace lo mismo todo el tiempo, buscando las mismas cosas, entonces somos soñadores. De lo contrario es vivir en un mundo listo con sus proyectos de una buena vida ya definidos, aunque ella sea distinta de la que deseamos.
¿Cuántos sueños han sido interrumpidos ante la elección entre la carrera deseada y aquella elegida para garantizar un ingreso cómodo? Es posible decir que los sueños pueden ser comprados a cambio de un buen sueldo mensual.
Los sueños materiales son buenos, ¿y los intangibles, aquellos que nos satisfacen y que nos hacen despertar todas las mañanas y dormir todas las noches en paz? Por las mañanas, hacer lo que nos gusta, que nos trae paz al alma, y por la noche el deseo listo, la sonrisa de saber que a la mañana siguiente habremos de hacerlo nuevamente.
Hay un precio cuando rechazamos los sueños y también para vivirlos. Los sueños son intangibles, inesperados y algunos imposibles. Entretanto, coger los sueños es una tarea cotidiana no es una misión.
Los soñadores no son dueños de sus destinos. Los soñadores son solitarios porque a veces sienten vergüenza de sus sueños y no hablan con nadie sobre ellos y sus objetivos. Aquellos que cuentan sus sueños a los demás pueden ver los rostros de desprecio, palabras rabiosas, celosas como si fueran las frustraciones de aquellos que ven los sueños de otros muy distantes de sus propias realidades.
Los sueños cuestan mucho y no funcionan igual que la lógica de la sociedad. Tenemos solamente una vida y pensamos siempre si vale la pena soñar. Los sueños son huecos de tristezas y desvaríos. Los sueños son sirenas llamándonos hacia al mar desconocido y oscuro.
Todos los sueños tienen un precio. ¿Y cuánto cuesta soñar? ¿Y cuánto cuesta realizarlos? Los sueños son piedras en el camino y pertenecen a la gente testaruda. Soñar es desear siempre y a los soñadores poco se les dan el precio.
¿Cuánto cuesta avanzar un paso rumbo al sueño y cuánto cuesta alcanzarlo si él retrocede un poco más?
Origen de la foto: Foto de William Bayreuther na Unsplash
SUSCRÍBETE PARA NUEVOS POSTS
Views: 11