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Cosas que molestan

      Existen cosas que, aunque no nos afectan, nos molestan. Una conversación cerca de nosotros sobre un asunto cualquier y alguien dice algo absurdo, basado en una teoría sin pies ni cabeza, tratando de convencer al otro; es una cosa que nos molesta. Tenemos ganas de entrometernos en la conversación como si fuera una patada en la puerta. Sin embargo nosotros no quedamos contenidos.
        ¡Es posible imaginarnos perdiendo nuestro tiempo viendo los debates en las redes sociales y pensamos si el sujeto dice las cosas a propósito es porque tiene prejuicios reales, es malo o simplemente es un estúpido! Es claro que deberíamos nos apartar de eso y no mirar lo que no tiene valor. Pero, eso nos molesta.
         Cuando cruzamos la calle caminando en la línea de seguridad y un coche se queda exactamente en nuestro lugar de pasaje: eso nos molesta. Y nos molesta cuando el transgresor tiene una mirada desafiadora y en su coche hay un adhesivo con las palabras: Dios está en el control. Un conductor malo es molesto, ¿puedes imaginar dos?
        Religión y política son cosas que nunca deberían pelearse. Y hay gente que no se molesta en hacer de eso una molestia. Es como decir que el divino tiene el control pero es necesario tener un arma en su hogar. La paradoja es una cosa que nos molesta, cuando la interpretamos. Es como dos personas sin confianza entre ellos o molestándose todo el tiempo.
         Otra molestia es la mentira. Y, pensemos, ella está en los dos lados arriba: religión y política. Cuanta cosa hablamos en nombre de alguna cosa o de alguien que sentimos que no es verdad; y eso nos molesta. Y nos molesta aún cuando una supuesta celebridad empieza a pensar que tiene capacidad de decir cosas coherentes. Y cuando no podemos contestarla sentimos una angustia como si fuera un picor que no para. Diarios, empresas, personas que esparcen cosas irreales, nos molestan. Periódicos publican la verdad. ¿Cuál? Empresas piden a sus empleados para vestir sus camisetas para luchar por ella y, entretanto, no tienen la preocupación si ellos tienen lo que vestirse: la hipocresía nos molesta. Y una molestia muy grande.
          En realidad, deberíamos pensar que hacer para no molestarnos.
      Debería ser como el sujeto preocupado porque no puede pagar su deuda, y cuando habla a otro su problema, el otro hace una llamada al prestamista diciéndole que la deuda no se pagará. Al final de todo, la preocupación pasa al otro.
          Podríamos adoptar esa estrategia si poco nos damos con lo que el otro piensa. Ignorar es volver al otro la molestia de no poder molestar a nadie.
          A lo mejor, para la molestia que sentimos es el silencio. Nuestro silencio debe molestar a los ruidosos, más allá que el ruido que ellos hacen.

Origen de la foto: Foto de Oscar Keys na Unsplash 

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Nilson Lattari

Nilson Lattari é carioca, escritor, graduado em Literatura pela Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com especialização em Estudos Literários pela Universidade Federal de Juiz de Fora. Gosta de escrever, principalmente, crônicas e artigos sobre comportamentos humanos, políticos ou sociais. É detentor de vários prêmios em Literatura

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