Amar al prójimo

22/04/2022 Nilson Lattari

Una de las frases más conocidas entre los cristianos es la que el Maestro nos enseñó: amar al prójimo como a ti mismo.
Amor, en principio, envuelve todo el afecto que un ser humano tiene por su semejante. Y, también, es para todos los seres vivos que coexisten con él. Nos quedamos, sin embargo, constreñidos para saber como alimentarnos. Es una paradoja, y pienso que los que eligen el vegetarianismo, quizá el punto final sobre respetar al prójimo, merezcan nuestro respeto.
Luego, tenemos que establecer lo que sería o aquellos que serían nuestros prójimos.
¿Es alguien en particular o los que viven cerca de nosotros? ¿Los que están conectados a nosotros por algún sentimiento de amistad o amor o son los que están lejos de nosotros pero pensamos en ellos y por el dolor de conocer sus sufrimientos?
El Maestro nos enseñó la vida sin violencia, para comprender lo que el otro siente y para que seamos responsables por la vida en la tierra. Y porque somos una raza con privilegios abarcados por la naturaleza, responsables por mantener la vida en nuestro planeta.
¿Así, no sería una contradicción que algunos usen Su imagen como motivación cualquiera? ¿Para explotar al prójimo o usarla en la política? ¿Cómo algunos hablan en nombre de Dios y a la vez eligen la tortura del otro para alcanzar sus objetivos? Una hola de insanidad que abarca todo el mundo.
Si nuestros prójimos no son solamente los hombres, pero la naturaleza, ¿cómo vivir con la caza, que sea deportiva o pensar que la gente se arme como un instinto de preservación si la policía encuentra en las manos de criminales las mismas armas?
¿Podremos respetar al prójimo si decimos todo el tiempo palabras que nos recuerdan la muerte?
Por supuesto que el Maestro nos dijo que ese prójimo no sería algún prójimo con nuestras ideas, pero los que nos necesitan.
Amar al prójimo como a ti mismo es más allá de la propia frase. El prójimo no es el que saludamos en los cultos religiosos, que se sienta a nuestro lado y después no sabemos a donde va o qué va a hacer. No es nuestro pariente y nuestro enamorado. El prójimo puede ser el que vive una vida por elecciones distintas, propias o no, y no debemos juzgarle por qué motivación no ha elegido otro camino. El prójimo puede ser lo diferente que nos hace pensar: “¿Si yo fuera como él, que manera a mi me gustaría ser tratado por la gente, por la sociedad?”.
Amar al prójimo es ver el prójimo que no está conectado a nuestras ideas y sí como alguien que merezca nuestra atención. Practicar ese amor nos es fácil. ¿Pero quién dijo que el Maestro nos ha mostrado que la vida sería fácil?
¿Cuando políticos, empresarios, trabajadores, religiosos usan esas palabras para alcanzar sus objetivos personales no deberían separar las cosas de Dios y en sus pecados y egoísmos hablar solamente las cosas de Cesar?