Amantes
No parecían ser tan jóvenes así. Algunos dicen que, quizá, estaban a la mea edad, la edad que no está en ningún lugar, una frontera imaginaria entre la juventud, la fuerza de los años, tan deseada, y la vejez. La tercera y acuñada edad, como si las edades fueran niveles, y no sólo el futuro que, finalmente, llegó, como llegará para todos.
No se daban besos intensos. Se arrullaban en la opacidad de las sombras, con sus ademanes escondidos, con la timidez que la juventud pide en los encuentros disimulados de miradas cautelosas, como si vivieran en la economía de cariños, una prudencia febril por amarse y quedarse juntos.
Las manos no tan hermosas, como las bellezas en donde se escurre el placer en el rozar de la piel. No parecían tener la sed por la búsqueda del encuentro de cuerpos. Ahora, son las marcas del tiempo que pasó, mostrando señales para aprender los nuevos lenguajes que enternecen el corazón. Y la admiración de los cuerpos es como ver más allá del tiempo, es la mirada tranquila aprendida durante la lucha contra el tiempo, una prisa apresurada, es como la pérdida de cada pedazo que se ofrece el uno al otro.
El caminar despacio, para que la llegada esté más distante, el andar igual que los enamorados que se pertenecen. El placer de sentir sus cuerpos juntos y las miradas calientes que, a menudo, se desplazan perdidas en el paisaje. Al final es la búsqueda de palabras que vengan a encender más el encuentro, con conversaciones, sonrisas leves y risitas graciosas.
Cuando se sientan, pocos podrán adivinar que, en aquel banco, tiempo atrás se prometieron amor eterno. Y contemplaban, mientras pasaban las manos en las marcas dejadas en un árbol, dos flechas que cruzaban un corazón apasionado. Dos letras grabadas, cubiertas por el tiempo, pero aún visibles, manteniendo el mismo significado.
Los ojos aún brillaban, desde la vez que se despidieron y la historia se quedó perdida, cada uno siguiendo su camino, cumpliendo las rutinas, recordando, a diario, los motivos del porqué no continuaron juntos en la vida. Hoy celebraban, finalmente, el día en el que podrían contestarse las dudas que continuaban en cada uno.
Fuente de la foto: morguefile.com
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